¡Porque la tierra que les he puesto en nuestras manos es justa para realizar la obra de amor que debe salvar a muchas almitas ansiosas de dar de sí su contributo de sembrar! ¡Es por ello, hijitos, extiendo mi amor a todos mis hijos moradores de la Tierra y fieles a Jesús para que descubran el maravilloso secreto de la unidad que contribuye a encontrar la clave del reino de Dios! ¡Os guardo!
8 de septiembre de 1989 6:30
Hijita, hijitos míos, en este día que se conmemora mi nacimiento… Natividad de María, he querido que me viesen, tal cual, como la niña cuando me llevaron al Templo mis padres… y deseo que esa imagen quede grabada en vuestras almas, para conservar en sus corazones la paz que emana como un fulgor del propio seno del Padre Nuestro… sí, hijitos, quiero que me llevéis con vosotros de manera que nada los separe de ésta, vuestra Madre… debéis de saber que la verdad resplandece siempre… y así camináis junto a mí, les conduciré hacia los remansos donde está más clara el agua, porque viene de los manantiales de mi gruta de oración… sí, hijitos, yo los quiero proteger de las tentaciones del mundo, a vosotros jóvenes, para que hagáis la voluntad de Dios en vuestros caminos y ¡ser así merecedores de su misericordia y de su amor infinito..!
¡He aquí, pues, que estando en mi compañía, habrá gozo en vuestros corazones, alabanza, música de una oración nacida de las colinas de mi Monte Santo..! Es por ello, que al congregarse todos vosotros en el Nombre del Señor en ésta, mi Tierra de Promisión, sembrará con mi Divino Hijo en todos los surcos la semilla santa… porque esta tierra es buena y bendita y hay que realizar las obras de amor que constituirán la realización de un mundo nuevo… ¡donde la unidad será el sello y la clave del reino de Dios entre todos los hombres de la Tierra..!
Hijitos, os ruego, defended vuestros derechos y aquilatad vuestra fe en ansias de superación espiritual… llevando el mensaje de una Madre… ¡que bajo distintas advocaciones se presenta a sus hijos para llamarlos a la conversión..!
Todos los lugares donde me he hecho sentir están llenos de espiritualidad, comprensión y mucho amor a mis hijos para que se salven todos… y aquí, en vuestra patria, ¡basta adentrarse en la constitución de la estructura del hombre del pueblo para encontrarse con almas sensibles y dignos del amor de mi Señor..! ¡Es por ello, que confiad en vuestra Madre… y seguid vuestro camino que conduce al Monte Santo..!
22 de octubre de 1989 2:30
¡Hijita mía, mi Corazón os di… mi Corazón os doy… y mi corazón os seguiré dándoos por siempre..! Hijita, hijitos, les he llamado a que vinieran a mi encuentro, de manera que pudieran sentirme y mirar reflejada mi imagen en mi gruta de oración… dándoles mi mensaje en el silencio de este apartado rinconcito del Refugio Mater… ¡y pudieran atender a mi petición…!
Hijita, hijitos, hablo con todos vosotros… escuchadme: En todas partes y lugares del mundo hay muchas familias que a través de los días, del tiempo, han ido transformándose en grandes familias… y he aquí, que yo vengo para que todas esas familias no lleguen a separarse o a dividirse nunca… porque deseo que cuánto más grande fuese la familia, se amen más y más… pudiendo aumentar su propia fuerza espiritual para vivir vida evangélica… y para que desde ahora mismo se haga un llamado para un programa de Solidaridad Humana de Familias Sanas… con espiritualidad renovada… reuniéndose y creando un núcleo de hijos de Dios verdaderos… y vayan creciendo, ¡convirtiéndose en grandes comunidades que establezcan contactos con todos sus hermanos del mundo entero..! ¡Así, mis pequeños, comenzad desde ahora mismo..!
¡Os guardo aquí en mi Corazón..!